Hoy, con los espacios que poco a poco han conquistado, pueden ser más valientes, más visibles y más auténticas. Su lucha no es una comparación ni una competencia, sino el reconocimiento de su valor, su historia y su derecho a ser quienes realmente son.
Susana: Transparencia y valentía
Una mujer que no teme mostrarse tal y como es. Su transparencia es su mayor virtud, su valentía, su mejor arma. Como madre soltera, ha aprendido a sostenerse sobre sus propios pilares, encontrando el equilibrio entre su vida personal y sus pasiones. Su amor por los detalles la define, porque para ella, cada pequeño gesto tiene un propósito, una razón de ser.
En esta sesión de fotos, Susana no posó, simplemente fue ella. Su esencia quedó impresa en cada imagen, demostrando que la belleza de una mujer radica en su autenticidad, en su manera de caminar por la vida sin miedo, en su capacidad de entregarse a lo que ama sin perderse a sí misma.
Kathy: La fortaleza en calma
Fotografiar a Kathy fue un ejercicio de observación y paciencia. Desde el primer instante supe que, más allá de la imagen, quería capturar su esencia. Hay personas cuya fortaleza no se impone con palabras ni con gestos grandilocuentes, sino que se esconde en la manera en la que enfrentan el mundo, en su forma de mirar el horizonte como si buscaran respuestas en el viento.
Una mujer reservada, de pocas palabras, pero con una presencia que no pasa desapercibida. Se define como una persona tímida, aunque su interior guarda una fortaleza inquebrantable. Su vida ha sido un constante viaje entre dos mundos: su hogar en Eslovaquia y su vida en Canarias. Entre ambos lugares ha crecido, ha cambiado y, en ocasiones, ha sentido que no pertenecía del todo a ninguno.
Moneiba: La fuerza de reinventarse.
La historia de Moneiba es un relato de lucha y transformación. Su vida ha estado marcada por momentos difíciles, pero también por su capacidad de superación y reinvención. A través del arte, ha encontrado su propia voz, un refugio donde convertir el dolor en fuerza y la incertidumbre en belleza.
En estas fotografías, Moneiba se muestra en su forma más auténtica: libre, conectada consigo misma y con su historia. Su expresión es un reflejo de su proceso de sanación, de la valentía de mirarse al espejo sin miedo y abrazar cada parte de su camino. Con cada pincelada de color sobre su piel, simboliza un renacimiento, un recordatorio de que, a pesar de las cicatrices, la luz siempre encuentra su manera de brillar.
Cada mujer es un universo de vivencias, de luchas y de sueños. A través de mi fotografía, busco capturar esa esencia única, ese instante donde se encuentran la fortaleza y la belleza real. Si alguna vez te has preguntado cómo te ve el mundo, quizás es hora de descubrirlo por ti misma. Te invito a vivir una experiencia fotográfica donde tu historia sea la protagonista.
Instantáneas con historia.
